El Instituto de Puericultura, popularmente conocido como La Gota de Leche en Gijón, situado en la Plaza del Humedal 3, alberga una magnífica colección de cerámica, que constituye una destacada muestra de la obra realizada por Juan Ruiz de Luna en Talavera de la Reina, Toledo.
Este emblemático edificio debe su nombre a su servicio inicial de distribuir botellines de leche, el cual evolucionó para convertirse en una institución de renombre. Fundado por el prestigioso médico Don Avelino González Fernández, este instituto no solo contribuyó significativamente a mejorar las condiciones del parto, reduciendo la alta mortalidad tanto de madres como de recién nacidos, sino que también desempeñó un papel fundamental en la formación de enfermeras puericultoras, matronas y madres en el cuidado de los bebés.
El arquitecto Miguel García de La Cruz diseñó el proyecto en 1922, con dos fases de construcción que se finalizaron en 1927, seguidas de una ampliación en 1933 bajo la dirección de Mariano Marín de la Viña. La cerámica de Ruiz de Luna, añadida en 1930, adorna la escalinata principal, incluyendo elementos que promovían la inclusión social de las madres solteras en una época en la que enfrentaban fuertes prejuicios.
Hoy en día, el edificio ha sido rehabilitado y alberga las oficinas de la Fundación Municipal de Servicios Sociales y la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI).




La Gota de Leche en Gijón, a través de los rótulos decorativos en azulejos cerámicos que adornan sus paredes, transmitía reflexiones profundas sobre la maternidad y la crianza infantil. Estos mensajes no solo abogaban por la aceptación social de las madres solteras, sino que también promovían la importancia de la higiene, la alimentación saludable y el cuidado médico durante el embarazo y el parto. Estos conceptos, hoy ampliamente reconocidos, eran prácticamente desconocidos en el pasado, cuando las enfermedades y la alta mortalidad eran lamentablemente comunes.
Esta cerámica de Talavera se caracteriza por su estilo renacentista, que incluye elementos como grotescos, putti, máscaras y bustos, destacando por sus colores predominantes de amarillo y azul cobalto sobre fondos níveos o amarillos.
La contribución de Ruiz de Luna probablemente tuvo lugar durante la segunda fase de la construcción, cuando se diseñó la impresionante escalera noble. Esta escalera está adornada con un magnífico zócalo de azulejos realizado por la casa talaverana y datado en 1930. El zócalo se extiende a lo largo de cinco tramos separados por pilastras, y su frente está decorado con elegantes motivos a candelieri.




