Poco se conoce de la trayectoria personal de Juan Ruiz de Luna. Hoy la recordamos gracias a un artículo de Ana María Castillo Pinero, publicado por La Voz del Tajo, en el que se rememora la amistad entre su bisabuelo Manuel Díaz, médico de Las Herencias; Juan Ruiz de Luna, pintor, decorador y fotógrafo; y Filadelfo Chico, farmacéutico de Belvís de la Jara. El artículo incluye una entrañable fotografía tomada por Juan Ruiz de Luna en Belvís de la Jara, Toledo.

En la fotografía mencionada, Ana María Castillo identifica a su bisabuelo Manuel Díaz, sentado y jugando a las cartas en el centro de la imagen. Detrás de él, de pie y observando a los jugadores, se encuentra Juan Ruiz de Luna, según nuestra opinión. A la derecha, también jugando a las cartas, está Filadelfo Chico, el farmacéutico de Belvís de la Jara.
Según Ana Castillo, su bisabuelo Manuel Díaz, mientras estudiaba Medicina en Madrid, coincidió en la misma casa de huéspedes en la Arganzuela con los hermanos Jerónimo y Emilio Herráiz de Luna, hermanos por parte de madre de Juan Ruiz de Luna. A raíz de esta convivencia, entablaron una buena amistad que los llevó a mudarse definitivamente a Talavera en 1878. Dos años más tarde, en 1880, Juan Ruiz de Luna se une a ellos en Talavera, llamado por sus hermanos.
Juan Ruiz de Luna mencionó que su hermano Jerónimo lo llevó a Madrid poco después de llegar a Talavera para que se familiarizara con el oficio de pintor decorador. Durante su estancia en Madrid, Juan coincidió en la misma casa de huéspedes con Filadelfo Chico, quien en ese momento estudiaba farmacia. Juan le prometió a Filadelfo que pintaría su farmacia una vez que terminara sus estudios, según Isabel Hurley Molina, en Talavera y los Ruiz de Luna, página 55.

Las fotos pertenecen al artículo de Miguel Méndez-Cabeza sobre la farmacia de Belvís de la Jara.
La autoría de estos trabajos la corrobora Fernando Jiménez de Gregorio ilustre belviseño quien en asegura en su artículo de prensa «La Botica de Filadelfo cumple cien años»:
«Don Fila, como se le conocía familiarmente, había terminado su licenciatura y se disponía a ejercer la profesión de boticario en Belvis de la Jara, su pueblo natal. En sus años universitarios conoció, y fue compañero de hospedaje madrileño, a una personalidad que había de ilustrar la artesanía talaverana, a don Juan Ruiz de Luna, entonces joven como él, que por amistad le decoró el techo y las paredes de la flamante botica, decoración que se mantiene, así como los anaqueles y botillería de aquellos primeros tiempos.»
En el año 1883 se inaugura la farmacia de Filadelfo Chico y, dos años más tarde, año aciago para Juan Ruiz de Luna, debido al fallecimiento de su buena madre Catalina y la de sus hermanos Emilio y Jerónimo a causa del cólera.
«La muerte de un colérico suponía, en aquella época de terror la ausencia completa de amigos y hasta de familiares allegados que le auxiliara, huían de la casa apestada, como de la muerte, por lo que tuvo que prestar a los hermanos los servicios piadosos de darles sepultura en su última morada». (Juan Ruiz de Luna).
Tiempos difíciles para Juan que le llevó a afirmar «…el merecimiento de los hombres no tenía ningún valor, toda su defensa era la recomendación y el padrinazgo, que a veces era ejercido en humillante forma de caridad, de aquí, que el que se preciaba de poder vivir con dignidad y por su propio esfuerzo, sufriera una postergación vergonzosa, la dignidad la tomaban por orgullo y la prudencia como cobardía y apocamiento».
Nuestro agradecimiento a Ana María Castillo Pinero por darnos a conocer tan entrañable fotografía y por su cariñosa admiración por la figura de nuestro familiar Juan Ruiz de Luna Rojas.

Un comentario
Nos parece muy bien oportuno y veraz todo lo que hemos leído. Debemos aprovechar todas las ocasiones de hablar sobre nuestro abuelo, como persona insigne que fue.