El Museo Ruiz de Luna de Talavera de la Reina alberga una exposición permanente que muestra la evolución de la azulejería local desde el siglo XVI hasta el siglo XX. Sus dos sedes —el antiguo Convento de los Agustinos y el Teatro Liceo— ofrecen un recorrido fascinante por la historia de esta tradición artística.
Origen y evolución del azulejo en Talavera.
La abundancia de arcillas finas en la vega del Tajo favoreció la producción cerámica en Talavera desde la época romana y andalusí. Entre los siglos XII y XV, la cerámica mudéjar incorporó motivos epigráficos, vegetales y geométricos, sentando las bases de un arte que alcanzaría su máximo esplendor en los siglos siguientes.
El esplendor de los siglos XVI y XVII: La revolución de Jan Floris.
A partir del siglo XV, la producción de azulejería —técnicas de cuerda seca, cuenca y arista— se enriqueció con influencias mudéjares. Sin embargo, fue en el siglo XVI cuando la cerámica talaverana vivió su edad dorada, de la mano del artista flamenco Jan Floris (Juan de Flores).
Floris rompió con los esquemas tradicionales y trató los azulejos como si fueran lienzos en blanco, introduciendo motivos del Renacimiento italiano y flamenco. Destacan sus ferroneries (composiciones inspiradas en cueros recortados y herrajes), que servían como marcos decorativos y pueden admirarse en muchas piezas del museo.
Entre sus obras más importantes se encuentran los conjuntos creados para los Reales Sitios del Pardo, Valsaín y el Alcázar de Madrid. Su discípulo, Juan Fernández, continuó su legado, dejando una huella imborrable en la azulejería talaverana con motivos como los florones y guarniciones, presentes incluso en el retablo de San Juan Bautista que se exhibe en el museo.
Los siglos XVIII y XIX: Crisis y resistencia.
El siglo XVIII marcó el inicio del declive. La apertura de la Real Fábrica de Alcora (Castellón), especializada en loza francesa, restó protagonismo a Talavera, aunque la calidad de su cerámica se mantuvo. Ejemplo de ello son las placas devocionales de la época, donde pervivía el dominio del dibujo.
El golpe definitivo llegó en el XIX: tras la Guerra de Independencia, solo sobrevivió el alfar «La Menora», y a principios del XX, la única fábrica en activo era «El Carmen», fundada en 1849 por Juan Niveiro.
Un recorrido por las salas del museo.
En las próximas publicaciones, exploraremos la distribución de la azulejería en cada sala, descubriendo las piezas más emblemáticas y su contexto histórico.
Seguiremos un orden, de la azulejería, por su situación en cada sala.

Edificio Convento San Agustin.
Sala 2ª Patio central.
En su lateral orientado al norte, nos encontramos con estas muestras del Siglo XVI a principios del XVII, en su 4ª vitrina.


En esta misma sala, en su lateral orientado al este, se muestra estas tres placas cerámicas, en su segunda vitrina.



En su pared orientada al oeste se exhiben conjuntos cerámicos realizados por distintos ceramistas de la familia Ruiz de Luna, pertenecientes al siglo XX.






Por último, en esta sala sobre el suelo, dos tarimas con solería formadas por azulejos cerámicos y otra de olambrillas fabricadas por Ruiz de Luna. Siglo XX.

Sala 3ª pasillo de entrada.
Fragmentos. Cuatro composiciones con fragmentos de cerámica vidriada elaboradas por Juan Ruiz de Luna. Siglos XV-XX.
Los fragmentos cerámicos son testigos «menudos» pero valiosos que documentan la técnica y la decoración con que fueron ejecutadas las piezas de las diferentes series cerámicas.
Para el experto son siempre de gran interés pues en ocasiones son los únicos vestigios de piezas que apenas han llegado hasta nosotros, documentan decoraciones insólitas y reflejan la sensibilidad del coleccionista que las guardó y las enmarcó consciente de su importancia.
Entre estos elementos tan diferentes se pueden adivinar las formas de jícaras, bandejas, cuencos, macetas, platos, etc. tanto del reverso como del anverso, en su mayor parte de Talavera.
Son producto de hallazgos aparecidos al excavar las ruinas de viejos edificios o en los testares donde se acumulaban los deshechos de los hornos.
Representan parcialmente cenefas, anagramas, escudos, dedicatorias, personas, animales, elementos vegetales y decoraciones diversas que dan paso a nuestra intuición para completar el resto.


Sala 5ª Altar y Retablo de Santiago.
Esta sala alberga dos importantes obras de azulejería, como el Retablo de Santiago y la Fachada edificio de Julián Montemayor.

La primera, Retablo de Santiago, se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes, en Madrid en el año 1920 obteniendo un gran éxito de crítica premiado tan solo con una mención honorífica.

Este retablo de Santiago supuso para Ruiz de Luna un auténtico impulso, tanto por la dificultad que entrañó su realización como por la variedad de técnicas empleadas y su perfección cromática. Representó un verdadero espaldarazo para la fábrica, situando a la cerámica de Talavera a la vanguardia de la renovación y el resurgimiento del arte cerámico.
En la misma sala se encuentra este escudo de los Austrias, realizado por Ruiz de Luna y presentado también en la mencionada Exposición de Bellas Artes de Madrid de 1920.

Entre las piezas más destacadas que han surgido de los talleres talaveranos a lo largo de su historia, destaca especialmente un imponente jarrón de dos metros de altura que participó en la célebre Exposición de Bellas Artes de Madrid. Su calidad y dimensiones llamaron tanto la atención que fue adquirido por los hermanos García, empresarios asturianos propietarios del famoso centro comercial La Favorita en Rosario (Argentina), donde se conserva actualmente como una de sus piezas más valiosas.
Se trata del tercer elemento incluido en aquella memorable exposición madrileña. La Asociación de Amigos del Museo Ruiz de Luna ha realizado importantes gestiones durante años para lograr su repatriación y exhibición permanente en el Museo de Talavera de la Reina. Sin embargo, pese a los esfuerzos institucionales y el indudable valor histórico de la pieza, hasta el momento no ha sido posible concretar su regreso a la ciudad que lo vio nacer.

Cabe destacar la fachada de un edificio en la calle Trinidad en Talavera de la Reina, realizado por Julián Montemayor, ceramista, fechada en el año 1923.

Sala 6ª Vitrinas de Alcora.
En esta sala, tenemos tres ejemplos de azulejería del S. XVIII, en estas placas devocionales con la Virgen del Prado, patrona de Talavera de la Reina.



Edificio El Liceo.
Sala 11ª Vicuña.
Por el fondo este, de la 2ª sala del edificio del Convento, se accede a esta sala dedicada exclusivamente a los zócalos de la casa Vicuña en Irún. Guipúzcoa, País Vasco, España.
La composición está formada por cinco grandes paneles que combinan elementos vegetales y figurativos en una rica y cuidada decoración. Cada panel tiene como eje central un medallón ovalado que encierra una escena con figuras humanas y animales. Estos medallones están enmarcados por lambrequines calados elementos ornamentales en forma de recortes de los que brotan amplios roleos de acanto, pintados en azul con detalles en blanco reservado.
A ambos lados de los medallones, se sitúan figuras de niños desnudos al estilo clásico de los putti, la mayoría portando canastillas llenas de frutos. Todos los elementos destacan sobre un vibrante fondo amarillo con sombras anaranjadas, lo que aporta profundidad visual y un efecto de relieve a la escena.
La parte superior de cada panel está coronada por una gran venera, desde la cual se extienden dos roleos de acanto sobre fondo azul. Estas formas conforman a su vez composiciones independientes, enmarcadas por una cenefa decorativa de calabrote con un grueso nudo central, realizada en blanco reservado y flanqueada por bandas paralelas en tonos amarillos y naranjas.








Sala 12ª Central. Lateral norte.
Para muchos, la mejor obra conservada hasta nuestros días es este panel de azulejos con el escudo de Santa Catalina, realizado por Alonso de Figueroa y Gaitán en el año 1609, según consta en el propio panel.

Retablo de la Anunciación. Finales del siglo XVI-inicios del siglo XVII. Abajo en el zócalo del retablo: Ildefonso (¿San Blas?), santa Lucía y santa Catalina de Alejandría / Caídas laterales de frontal de altar con estípite y grutescos.

Paneles de san Pedro Mártir, santo Tomás de Aquino, santa Catalina de Siena, san Jacinto de Polonia y santo Domingo de Guzmán. Anónimo Siglo XVII.




Sala 12ª Central. Lateral Este.
Panel 1º de azulejos con la leyenda en latín [Él ha sido herido por nuestras rebeldías] (Isaías: 53, 5)
[Pero mi salvación para siempre será] (Isaías: 51, 6)
Panel 2º de azulejos con la leyenda en latín de salmo de Isaías C.13 [ Y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte] (San Pablo a los Filipenses: 2, 8)
[Nos has salvado la vida] (Génesis: 47, 25)


Conjunto paneles de azulejos de la Inmaculada. Tríptico de la Inmaculada Concepción, san Francisco de Asís y san Antonio de Padua Anónimo c. 1570/80 (Inmaculada) y primera mitad del siglo XVIII (santos franciscanos)
Policromía sobre cubierta estannífera Procedente del convento de Franciscanas Concepcionistas de la Madre de Dios de Talavera de la Reina (Toledo). La representación de los 18 emblemas de las Letanías Lauretanas (Invocaciones a la Virgen) ha sido extraída de la estampa por grabado de Cornelis Cort: Sol, olivo, flor del campo, templo, ciudad de Dios, fuente, torre de David, plátano, huerto cerrado, espejo, fuente, puerta cerrada, rosa, ciprés, cedro, palma, Luna y estrella del mar.

El Peinador de Velada. Anónimo. Siglo XVII. Policromía sobre cubierta estannífera. Procedente del palacio de los marqueses de Velada (Toledo). Conocido con el romántico nombre de «Peinador», este recubrimiento realizado a base de azulejos de repetición (azulejos de cabeza de clavo o artesa, medallón ovalado y punta de diamante) corresponde a un espacio típico del Siglo de Oro español, el denominado «retrete» o sala privada a modo de oratorio-biblioteca a la que retirarse.

Sala 12ª Central. Lateral sur.




Finales del siglo XVI-inicios del siglo XVII. Policromía sobre cubierta estannífera. Procedencia desconocida



Conjunto de Retablo de San Juan Bautista. Anónimo, último tercio del S. XVI. Policromía sobre cubierta estannífera. Procede de la Iglesia Parroquial de Marrupe (Toledo). Zócalo adjunto al retablo de san Juan Bautista, con escudos y crucificción.






Sala 12ª Central. Lateral oeste.


Panel de los peces. Fábrica de cerámica de Ntra. Sra. Del Prado. Primera mitad S. XX. Policromía sobre cubierta estannífera.

Vitrinas.
Vitrina 1ª.

Vitrina 2ª.

Vitrina 3ª.

Vitrina 4ª.

Vitrina 5ª.

Sala 14ª Ruiz de Luna.
Lateral norte.
LOS AZULEJOS DE LA ESCALERA DE GALVEZ:
Este conjunto cerámico compuesto por cinco paneles rectangulares, procedentes del vestíbulo, el descansillo, y la escalera, de la casa de D. J. Fernández Rocha tenía en la Plaza Garrido n.º 1, en Gálvez, han sido adquiridos, en mayo del 2001, por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, a D. Casiano Guio Corroto para formar parte de los fondos del Museo de Cerámica de Talavera «Ruiz de Luna».

En todo el conjunto, el fondo se decoró con un florón de hojas de acanto en policromía. Este motivo, que se forma con cuatro azulejos iguales en desarrollo continuo, nace de una estrella octogonal en verde, con el centro naranja separado por un grupo de dos filetes simétricos, de él parten cuatro hojas diagonales planas, una por azulejo, realizadas en azul y aguadas de azul con reservas en blanco, sobre fondo amarillo, que rematan, en su parte superior, con dos zarcillos de acanto opuestos y una cinta anaranjada, con un cuarto de flor dentro. Estos motivos laterales al unirse con los colindantes forman un cruciforme anaranjado con perfiles en azul y nuevos motivos geométricos.


Chimenea que también formaba parte de la colección Ruiz de Luna y que se encontraba el la sala de ventas de la misma fábrica.



Lateral este.

Las tres grandes pasiones de Juan Ruiz de Luna Rojas: La Virgen del Prado, la música y la pinturas, representadas en esta fachada.








